INTRODUCCIÓN
Sirviendo
en una iglesia como anciano, estuve
reflexionando muy profundamente cuando otro anciano se acerco hacia mí
diciendo: Nos encontramos en una situación crítica, la iglesia esta inactiva, el pastor no cumple con sus deberes,
no visita a los miembros, los jóvenes se marchan de la iglesia, hay muchas
divisiones internas. Con mis mejores intenciones intente defender al pastor, pero parecía que
las acusaciones tienen algo de verdad.
Sus palabras representaron para
mí un motivo de profunda introspección y
muchas preguntas resultaron como
consecuencia: ¿Cuál sería mi deber si yo estuviera en su lugar? ¿Es capaz un pastor de satisfacer todas las
necesidades de una iglesia?
Este
trabajo tiene como objetivo de analizar muy brevemente el periodo de la iglesia
adventista de los primeros años y de contestar las preguntas: ¿Dependían las
iglesias de los pastores? ¿Cuál era el papel del pastor? En conclusión veremos cómo ha cambiado con el tiempo y si
hoy seguimos el mismo método.
1.
La
iglesia adventista de los primeros años y el papel del pastor.
La
Gran Comisión fue la llama que ardía en los corazones de los pioneros adventistas. Aunque
no disponían de una iglesia al principio,
reuniéndose en casas y carpas, el
movimiento adventista aumento de tal forma que las demás iglesias les
admiraban. Cada converso sentía la necesidad de predicar. La mayoría de ellos,
al conocer la verdad de la eminencia del regreso de Cristo, predicaban por su
cuenta. Después del chasco se agruparon y establecieron unos puntos doctrinales descubiertos mediante
el estudio profundo y la oración ferviente, instaurando ‘’La iglesia Adventista
del séptimo día’’. El movimiento tenía como objetivo, de predicar al mundo
entero la verdad presente y sobre todo la segunda venida ‘El adventismo de los primeros
años, al enfatizar importantes temas bíblicos, entendían que Dios había creado a
esta iglesia para que trabajara de una forma diferente (Russel Burril, Revolución
en la iglesia, p 43’’.
Su
forma de trabajar
Los métodos utilizados por la iglesia
adventista recién formada tuvieron dos beneficios grandes: el crecimiento
rápido y la condición muy saludable de
la iglesia. Dejando el mantenimiento de la iglesia en las manos del
laicado se produjo una total inmersión
del laicado en el trabajo de la iglesia. Como resultado, los pastores no tenían
iglesias fijas y se podían dedicar totalmente
al trabajo de evangelización.
La posición de Ellen White esta
presentada en el siguiente parágrafo: ‘’No debe haber una consigna para tener pastores
fijos asignados a nuestras iglesias, más bien dejemos que el poder de la verdad
y del Dador de vida, impresione a los miembros a actuar, inspirándolos a
trabajar con interés, a fin de realizar en cada localidad una labor misionera
eficiente’’ (The work in Greater New York’’ Atlantic Union Gleander, 8 de enero
de 1902).
Las
iglesias evangélicas quedaron asombradas por el rápido crecimiento de la
iglesia adventista. ¿Porque la iglesia adventista estaba creciendo tan rápido sin pastores fijos y sus iglesias no?
¿Quién atendía la iglesia? El
evangelista adventista G.B. Starr,
Indiana; nos aclara el asunto en una entrevista con el periódico Plain Dealer de Wabash, Indiana. A
continuación veremos la manera de actuar de la iglesia adventista recién
formada.
a) En
primer lugar los pastores no eran establecidos en ningún lugar. Los miembros
eran enseñados cómo trabajar para la iglesia para mantenerse ellos mismos,
mientras que el pastor hacia la obra de un evangelista. Solamente en los
inviernos acudían a las iglesias, salones, o escuelas, y otros lugares para
predicar y ganar más almas.
b) Durante
el verano levantaban carpas para enseñar a la gente sus doctrinas.
c) Los
colportores eran enviados con tratados y libros, a visitar familias y enseñar la Biblia. Los obreros se iban de casa a casa
con el propósito de dar estudios bíblicos. Muchas veces se reunían más de
veinte personas.
d) Cada
iglesia tenía una sociedad misionera que realizaba diferentes actividades:
vendían libros, repartían tratados, conseguían subscripciones para las revistas
adventistas, visitaban familias, velaban a los pobres y les ayudaban, ayudaban a los enfermos, etc.
Cada
miembro de la iglesia tenía el propósito de predicar el evangelio al mundo y de
servir en la iglesia conforme a sus capacidades. El laicado llevaba a cabo el ministerio, y los pastores estaban libres
para evangelizar los nuevos territorios. (Revolución en la iglesia, Russel Burill, pág. 46). La actividad del
pastor estaba apoyada por la iglesia. ¿Pero cuál era su labor?
2. La labor de pastor.
Para la edificación de la iglesia, a
cada uno de los miembros del cuerpo de Cristo, Dios ha dado diferentes dones.
En su epístola enviada a los efesios, el apóstol Pablo
comenta sobre la función de cada miembro: ‘’El
mismo dio a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y
a otros, pastores y maestros; a fin de perfeccionar a los santos para
desempeñar su ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que
todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un
estado perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo’’ (Efe. 4:11-13).
Cada don debe ayudarnos establecer la unidad de la fe.
Estamos llamados llegar a la madurez de la plenitud de Cristo, el único hombre
perfecto que ha vivido en la tierra y todos los dones nos han sido dados con este propósito.
Desde este punto de vista, llegamos a la conclusión de que el pastor no es el hombre orquestra que hace
de todo, sino tiene un don, un trabajo especifico.
En otras versiones del texto bíblico,
encontramos cual es la responsabilidad del
pastor ‘’Para el recto ordenamiento de
los santos en orden a las funciones del ministerio’’ (Biblia de Jerusalén); ‘’Así
preparo a los suyos para un trabajo de servicio, para hacer crecer el cuerpo de
Cristo’’ (Dios Habla Hoy); A fin de perfeccionar a los santos para desempeñar
su ministerio’’. (NRV 2000).
Las
versiones de la Biblia mencionados nos dicen claramente que el pastor es
habilitado mas como un entrenador para el buen funcionamiento de la iglesia y
para su crecimiento.
El entrenador
A
través del tiempo, la concepción sobre el papel del pastor ha cambiado
progresivamente. Hoy en día, los miembros consideran que el mayor trabajo del pastor es de predicar. Sobre este asunto, Elena White está
escribiendo: ‘’Dedique el ministerio más
de su tiempo a educar que predicar. Enseña a la gente a dar a otros el
conocimiento que recibieron’’ (Testimonio para la iglesia, t. 7, p.22). Desde
su punto de vista, el pastor debe
realizar una obra de educación. Ella
enfatiza mucho que el pastor tiene que utilizar más el tiempo para enseñar y
adiestrar que en predicar. Si el pastor dedicaría su tiempo en capacitar a los
miembros para llevar el mensaje del evangelio, la iglesia seria más fuerte espiritualmente.
‘’Dios no
encomendó a sus ministros la obra de poner en orden las iglesias. Parecería que
apenas es hecha esta obra es necesario hacerla de nuevo. Los miembros de la
iglesia a favor de los cuales se trabaja con tanta atención, llegan a ser
débiles en lo religioso. Si las nueve decimas del esfuerzo hecho a favor de
quienes conocen la verdad se hubiera dedicado a los que nunca oyeron la verdad,
cuanto mayor habría sido el progreso hecho. (Testimonio para la iglesia, t.7,
p21).
La
tarea de educar a sus miembros para llevar el evangelio fue encomendada del
Señor. Las iglesias a favor de los cuales los pastores trabajan con tanto
esfuerzo serán dependientes de sus
pastores, habrá siempre divisiones y problemas.
Con
el paso del tiempo, la iglesia se convierte en museo o teatro, donde el miembro
participa cada vez mas pasivamente, viene y escucha cosas interesantes y menos
interesantes, conforme a su juicio, sin
hacer nada para los demás. Aquellos que serian vencedores debían ser
despojados de sí mismos, y lo único que lograra realizar la gran obra es llegar
a estar intensamente interesados en la salvación de otros (Fundamental of Christian
Education, p 207).
El
adiestramiento es el mejor cuidado que se puede ofrecer a la iglesia. Tal como,
en cualquier deporte, el entrenador tiene la función de preparar a su alumno
para el juego, de la misma forma el pastor tiene que preparar al miembro de la
iglesia a entender su misión y responsabilidad. El entrenador no es el jugador,
sino un maestro que cumple una función. Elena White dice:
A
veces los pastores hacen demasiado; tratan de abarcar toda la obra con sus
brazos. Esta los absorbe y los empequeñece; y sin embargo continúa abrazándola
en su totalidad. Al parecer piensan que ellos solos han de trabaja en la causa
de Dios, en tanto que los miembros de la iglesia permanecen ociosos. Esto no es
en ningún sentido el orden de Dios’’ (El evangelismo, p.87-88).
El papel fundamental del entrenador se puede observar en cualquier
equipo. Si el entrenador jugaría solo,
no ganaría nunca. El miembro de la iglesia que permanece ocioso esperando que
la iglesia crezca, que haya unidad, esperara en vano. La mayor ayuda que puede darse a nuestro pueblo consiste en enseñar a
trabajar para Dios, y a confiar en él, y no en los ministros (Testimonios para la iglesia, t.7, p.21).
‘’En sentido general,
el pastor adventista debería estar libre del cuidado pastoral. Y los miembros
deberían ser enseñados a cuidar de sí mismos y no depender de sus pastores’’.
(Revolución en la iglesia, Russel Burrill, pág. 44)
Conclusión
Después del chasco, el movimiento
adventista desarrollo mucho a pesar de las dificultades. Al entender que Jesús
venia muy pronto, los adventistas se iban de puerta a puerta compartiendo
libro, estudios bíblicos, seminarios en la carpa, etc. Actuando de la misma manera que la iglesia del
primer siglo, empleando un grupo de pastores que eran primordialmente
evangelistas, la iglesia adventista de los primeros años registro un rápido
crecimiento. Los nuevos conversos estaban enseñados como tenían que llevar el
evangelio a los que no conocían a su Salvador. Al hacer discípulos
continuamente, los adventistas mantenían su espiritualidad. Solo así podían
mantener viva su fe. De hecho, la preocupación principal de los pastores no era
la orden en la iglesia, sino la evangelización de nuevos territorios. ‘’Cuando las iglesias son ayudadas
demasiado, se vuelven débiles, sin vida, e impotentes’’ (Reavivamiento del
discipulado, Russel Burill, pág. 62).
Hoy en día, los pastores emplean la
mayor parte de su tiempo para tratar de mantener la maquinaria de todos los
programas de la iglesia en marcha o intentando de resolver los problemas
existentes.
Siguiendo el modelo y los métodos que
Jesús nos ha enseñado, los pastores que capacitan miembros para hacer el
trabajo de Dios tendrán la más grande recompensa: almas para la eternidad.
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